Cocina Castellana

Cocina Castellana

Sopa castellana o sopas de ajo

Esta es una de las recetas caseras más típicas de la cocina castellana y preferida durante el frío invierno. Aunque tiene su origen en Castilla y León, está extendida por todo el país. La sopa castellana es un plato humilde ya que necesita pocos ingredientes y de bajo coste como ajos, pan seco, agua y pimentón. Tiene su origen en la posguerra cuando las familias también utilizaban el pan duro del día anterior para poder alimentarse.

Echamos un chorrito de aceite en la cazuela e introducimos los ajos laminados. Salteamos hasta que se empiecen a dorar con cuidado de que no se quemen. Espolvoreamos con pimentón -puede ser dulce o picante- para dar color y aroma a nuestro plato. A continuación, añadimos y rehogamos las rebanadas de pan duro. Cubrimos con agua y dejamos cocer unos 15 minutos y listo. Ya tenemos una sabrosa sopa castellana. Hay personas que también añaden taquitos de jamón, chorizo, o huevos escalfados.

Lentejas o garbanzos a la castellana

Las legumbres acaparan la atención de la cocina castellana y consiguen platos muy sabrosos y ricos en nutrientes. Recuerda poner las lentejas o los garbanzos a remojo la noche anterior. Al día siguiente escurrimos, introducimos en una cazuela con laurel y cubrimos con agua fría. Dejamos cocer durante unos 40 minutos. Mientras, pochamos el ajo y la cebolla bien picados en aceite de oliva. Añadimos el jamón troceado y el pimentón, y removemos. Solo nos queda verter el sofrito en la cazuela y un vaso de vino blanco. Esperamos unos 20 minutos para que se cueza todo junto y ya tenemos un rico plato a la castellana.

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Judiones de La Granja

La gran legumbre castellana. El judión es una judía mantecosa, deliciosa y de grandes proporciones. Para preparar los judiones de La Granja, ponemos los judiones a remojo la noche anterior. Hay que tener en cuenta que al ser de mayor tamaño, absorben más agua. A la mañana siguiente, los ponemos a cocer con un chorrito de aceite de oliva junto a los chorizos enteros y trozos de lacón y panceta. Añadimos cebolla, laurel y pimentón y volvemos a cocer a fuego lento durante dos horas y media.

Por otro lado, cocemos la morcilla durante 30 minutos y realizamos un sofrito. Se puede añadir una cucharada de harina. Una vez consigamos el punto de los judiones, metemos todo dentro de la cazuela y damos un último hervor de 10 minutos. Un buen vino tinto y un poco de pan harán las delicias de este manjar.

Patatas revolconas con torreznos

Una receta de las de siempre. Un plato con ingredientes sencillos que también se puede servir como tapa. Pelamos las patatas y las ponemos a cocer hasta que se puedan triturar o aplastar -unos 30 min-. Preparamos un aliño con aceite, un diente de ajo picado y pimentón. Lo mezclamos con las patatas hasta obtener una masa homogénea y ya tenemos nuestras patatas revolconas. Si queremos añadir torreznos, los freímos en frío colocando la corteza abajo durante unos cinco minutos. Cortamos en pequeñas porciones y los volvemos a freír en caliente para que queden tostados.